jueves, 14 de julio de 2011

Que ocurre para que salgan del colegio sin saber desenvolverse en el mundo

Tengo la suerte de a partir de ahora contar con la ayuda de una colaboradora para mi blog. Ella es @zahiraka y su primer post es, para empezar, peliagudo. Espero que os guste....


Oldřich Humpl CC S-A 3-0
Qué ocurre para que salgan del colegio sin saber desenvolverse en el mundo, sin apenas situar Perú en el mapa y sin conseguir redactar medio folio sin equivocarse. O peor, sin haber leído con entusiasmo ni un solo libro.

Quizá los tengamos colapsados, aburridos, saturados. Quizá los planteamientos organizativos no son los correctos o quizá seamos los padres los que no tenemos ni idea de cómo enfocar su periodo de aprendizaje.

Como siempre en estos casos es más fácil analizar desde la distancia que me otorga no estar dentro del sistema, ni ser profesora, ni directora de centro, ni tener relación laboral alguna con el sistema educativo. Y observar, desde mi papel de madre y antes hermana mayor y mucho antes alumna e hija, que no educamos para la capacidad individual ni para el desarrollo personal.

La secuencia tradicional de profesor durante una hora hablando sin descanso, toma de apuntes, llegada a casa y memoria bruta sigue siendo demasiado usual. Así, lo único que podemos conseguir son loros que una vez pasado el tiempo de permanencia del recuerdo neuronal, olvidan todo lo aprendido a fuerza de repeticiones.

Por qué no cinco o seis grandes materias, matemáticas, naturaleza, lenguaje, historia, ética... esferas globales de conocimiento que les hagan entender el mundo que les rodea, que les permita descubrir por si mismos todas las potencialidades de su mente, de su imaginación, de su racionalidad. Que les conviertan en seres autónomos y capaces, innovadores y responsables, que puedan bucear en su propia realidad para encontrar las respuestas.

No quiero que mis hijos memoricen temarios
que seran olvidados pasadas unas semanas. No quiero que tenga que usar los dedos cuando haga las cuentas en una tienda, ni que olviden dónde está Perú o Etiopía, o que no pueda descubrir las maravillas del lenguaje y la literatura.

Ojalá que los que piensan encuentren la fórmula para formar personas, así, sin más, con todo lo que eso implica, que a estas alturas, no es poco.

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